Tema: enseñanza y nacionalismo intelectual al final de la colonia.
-El fin primordial era instruir a los indígenas en la fe católica
- Esta educación se impartía de instrucciones religiosas en el idioma nativo
- Se promovieron establecimientos de escuelas en castellano en zonas indígenas (en los pueblos indígenas)
- A los maestros se les pagaba con fondos de los indígenas (cajas de comunidad).
- Por una parte, los indios se oponían a las escuelas de castellano, no querían fincar sus fondos comunales y se resistían mandar a sus hijos para aprender una lengua que consideraban difícil y extraña.
- Por los menos una cuarta parte de estas escuelas enseñaba a leer y a escribir, más aparte la doctrina cristiana.
- Este tipo de escuelas que se les brindaban a los indígenas se representaba una vacía estructura educativa en el área rural que incluía un local, un maestro remunerado, programas de fondos locales, supervisión por parte del Estado y la iglesia.
- Después de la caída de los jesuitas el fomento de estas escuelas asumió el objetivo netamente POLITICO.
- Las escuelas de castellano fueron supervisadas por el gobierno civil; debían de incluir la lectura y la escritura y a veces los niños se les enseñaba junto a los indios
- Se formularon “reglamentos” a cada pueblo indio según la Ordenanza de intendentes.
- Habían escuelas de primeras letras sostenidas por cajas de comunidad.
- Se aprobó el establecimiento de colegios de cursos adicionales, en forma de “Academias” para el estudio de matemáticas, lenguas modernas, griego, física, química, historia y geografía.
- Los preceptores particulares enseñaban a leer y a escribir, contar y la doctrina cristiana (por casi 2 siglos se les permitió a los maestros de cualquier raza ejercer el magisterio).
- En dos conventos de fraile, de mercedarios y berlemitas, los niños asistían gratuitamente.
- Solo en la capital habían 34 sitios para escuelas particulares
Se promovió el establecimiento de escuelas de castellano en los pueblos indígenas dirigida por maestros pagados por fondos comunales de los pueblos indígenas.
Pero eso no fue bien recibido ni por los indios, ni por las ordenanzas religiosas ya que los indios se oponían a pagar a los maestros con sus fondos y no querían mandar a sus hijos para que aprendieran esa lengua que ellos la consideraban extraña y muy difícil de aprender.
En pocos años ya se contaban con 286 escuelas en 76 pueblos indígenas las cuales les enseñaban la lectura y escritura además de la doctrina religiosa.
Estas escuelas eran parte muy importante de la estructura educativa en el área rural que incluía un local, un maestro, un programa de financiamientos de fondos locales que estaban supervisados por la iglesia y el estado.
A los dos años de la expulsión de los jesuitas que fue en 1767 se fomentaron escuelas de castellano y este asumió un objetivo totalmente político.
Al terminar la conquista el fin principal que se tenía para la educación indígena era de impartirles la fe católica y esta seria impartida en el idioma nativo generalmente por los frailes, criollos y ayudantes indígenas.
No querían mantener el idioma de los indígenas ya que para ellos era como mantener en el pecho un ascua de fuego, un viento de discordia, así que no solo se ordeno la enseñanza del español, si no se propuso derrotar los idiomas indígenas.
Pero esta posición se modifico en 1782 por una nueva cedula que omitió cualquier mención de la supresión de la lengua nativas y recomendó que “los medios más suaves” para persuadir a los indios de enviar a sus hijos a la escuela y añadió oficialmente, el mandato de enseñar a leer y escribir además de la doctrina cristiana.
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